
Carlos Santana: El Mago de la Guitarra Latina vuelve a Barcelona
NEWS
3/10/20254 min leer
Pocas figuras en la historia del rock han alcanzado lo que Carlos Santana: fundir la energía salvaje del rock psicodélico con la intensidad rítmica de la música latina para forjar un sonido inconfundible, espiritual y absolutamente revolucionario. Nacido en Jalisco, México y criado en San Francisco, Santana no solo es un virtuoso de la guitarra: es un puente cultural que ha unido generaciones, estilos y continentes a través de la música.
Desde sus comienzos con la Santana Blues Band en los años 60 hasta su consagración global en Woodstock 1969, su trayectoria ha sido única. Aquella mezcla embriagadora de guitarra eléctrica, congas, timbales y groove místico se convirtió en su sello de identidad. Discos como Abraxas (1970), Santana III (1971) y Caravanserai (1972) mostraron a una banda en plenitud creativa, abierta a la experimentación, sin renunciar nunca al pulso latino ni a su dimensión espiritual.
Pero Santana nunca se quedó anclado en el pasado. En 1999 volvió a los primeros planos con Supernatural, un álbum colaborativo con figuras como Rob Thomas, Lauryn Hill y Dave Matthews, entre otros. No solo arrasó en ventas y ganó nueve premios Grammy, sino que conquistó a una nueva generación, confirmando que su lenguaje musical sigue siendo tan actual como universal.
Con más de 100 millones de discos vendidos, miembro del Rock and Roll Hall of Fame y con una vitalidad artística envidiable, Santana continúa girando por el mundo, guiado por una visión donde convergen lo musical, lo espiritual, lo político y lo humano.
Este 26 de julio, el maestro de la guitarra llegará a Barcelona, como parte de su esperada gira europea. El concierto, que se celebrará en el marco del Ciclo Guitar BCN, será una celebración de su legado: una noche para dejarse llevar por las notas eternas de Black Magic Woman, Oye Cómo Va, Europa y tantos otros himnos que siguen estremeciendo como la primera vez.
Espíritu, fusión y alquimia sonora
En una era donde la música tiende a dividirse en compartimentos estancos, Santana ha hecho de la fusión su bandera, su arte y su manifiesto. Su estilo combina la improvisación psicodélica del rock de los 60 con la cadencia hipnótica de los ritmos afrocaribeños, la emoción del blues y la raíz mestiza de América Latina. Todo eso se expresa a través de una guitarra que, más que sonar, habla.
A sus 77 años, Santana pisa los escenarios con la misma convicción de sus días en Fillmore o Woodstock. Barcelona será, una vez más, el lugar donde su música —libre de fronteras, tiempo y etiquetas— encuentre eco entre miles de almas vibrando al unísono.
De Autlán a la eternidad
Carlos Humberto Santana Barragán nació en Autlán de Navarro en 1947. Hijo de un violinista mariachi, su primer vínculo con la música fue a través del violín, aunque pronto lo cambiaría por la guitarra. Durante su adolescencia se trasladó a Tijuana, y luego a San Francisco, en pleno epicentro del movimiento hippie y la revolución sonora de los 60.
Su irrupción en Woodstock, antes incluso de haber publicado su primer álbum, fue histórica. Con su grupo ya consolidado como Santana, el disco debut llegó ese mismo año (1969), e incluyó la inolvidable “Soul Sacrifice”. Pero sería Abraxas, al año siguiente, el que marcaría un antes y un después con temas como “Black Magic Woman” y “Oye Cómo Va”, esta última una adaptación del maestro Tito Puente llevada al terreno del rock con naturalidad asombrosa.
Transformación constante, esencia intacta
Lejos de conformarse con el éxito, Santana ha transitado etapas de profunda búsqueda. En Caravanserai comenzó a coquetear con el jazz espiritual, influido por su admiración hacia John Coltrane y sus vínculos con artistas como John McLaughlin y Alice Coltrane. Su música se volvió más introspectiva, sin dejar de ser intensa.
Durante los 80 y 90, aunque más discreto comercialmente, Santana nunca dejó de grabar ni de girar. Su regreso con Supernatural fue un renacer artístico. Con él, tendió puentes entre generaciones, acercando su legado a nuevos públicos. “Smooth”, junto a Rob Thomas, se convirtió en uno de los mayores éxitos de la década.
Esa capacidad de adaptarse sin traicionar su esencia es lo que lo distingue: Santana no vive de la nostalgia, sino de la renovación constante.
Música como camino espiritual
Carlos Santana no es solo un músico: es un predicador del alma. En entrevistas y sobre el escenario, habla de la música como una herramienta de transformación. Su arte está atravesado por un mensaje de unidad, amor y conciencia social.
Ha expresado su admiración por figuras como Martin Luther King Jr., Bob Marley y Mandela, y ha usado su plataforma para defender los derechos humanos, la paz y la dignidad. Para él, la música es una medicina capaz de sanar los corazones en un mundo saturado de ruido y desconexión.
Sus conciertos no son meras presentaciones: son experiencias espirituales, donde el groove se convierte en mantra y cada solo de guitarra es una oración. Santana es uno de los pocos guitarristas capaces de conmover con una sola nota. Su técnica, llena de matices, vibrato inconfundible y fraseos melódicos, ha sido influencia directa de generaciones enteras de músicos. Pero más allá de lo técnico, es su entrega emocional lo que lo hace inmortal.
Como él mismo ha dicho: “No se trata de tocar muchas notas, sino de cuánta alma les pones.” Esa filosofía ha guiado su carrera desde el principio.
El 26 de julio, Barcelona tendrá el privilegio de recibir a Carlos Santana. En una ciudad que respira arte, diversidad y espíritu mediterráneo, su música volverá a encender fuegos sagrados. Será una noche de celebración, un reencuentro con la esencia más pura del rock: esa que vibra desde el alma y se extiende hasta el infinito.
No será solo un concierto: será una peregrinación sonora, una ceremonia colectiva. Si tienes la oportunidad de estar ahí, no la dejes pasar. Porque cuando Santana toca, el mundo se detiene… y la guitarra canta.
